FASE DE DESARROLLO
Según iban
pasando las horas, mostraba una cierta satisfacción con la labor que había
realizado, además hacía todo lo posible por transmitirlo. Entre lágrimas recordaba
el cariño que recibió de aquellos niños y se entristecía al pensar que la gran
mayoría eran huérfanos. Pero una minoría afortunada según ella, recibían la
atención de las monjas durante el horario de trabajo de sus padres, pero a lo
largo que fuimos cogiendo más confianza me lanzó una pregunta: ¿Esos padres de verdad deseaban que sus
hijos asistieran a dicho establecimiento o solo recurrían porque nos les
quedaba más remedio? A la que me respondió “tenía la sensación de que muchas
de esas familias al poseer una falta de recursos económicos tenían que
conformarse con la ayuda de terceras personas”. Por lo que nos encontramos en la famosa situación de clase social, afirmó.
Además en este
contexto quiso centrarse en el punto de vista de Weber, el cual se basaba en tres dimensiones para argumentar el por
qué existe la diferenciación de clases. Por un lado estaba presente: la capacidad
económica, es decir, en el
caso de que estas familias fueran familias pudientes y no humildes, sus hijos
estarían en manos de profesionales y en residencias glamurosas, el
poder para tomar decisiones que afectará a otras personas y el
estatus (principalmente el estatus profesional). Pero además pensaba
que la desigualdad social es un fenómeno universal e inevitable.
¿Es cierto? Tristemente se da esta situación, estas
familias no podían permitirse el coste de tratamientos que necesitaban algunos
de sus hijos, por ello tenían que conformarse y recurrir a la ayuda de las Misioneras de la Caridad ya que la
gran mayoría de ellas habían entregado sus vidas y todas sus pertenencias para
ayudarlos y darlos un hogar, comentaba. Además también se podía relacionar con
la ideología, pero cuando fue
consciente de este concepto la causó un cierto nerviosismo y preocupación,
puesto que desde la acepción marxista,
la ideología se considera como un conjunto de creencias falsas de las clases
dominantes para mantener una situación privilegiada, es decir estas familias pueden
llegar al punto de sentirse prejuzgadas por el entorno que les rodea ya que no
cumplen una serie de requisitos para llevar una vida cómoda y lujosa.
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